Última entrada de la serie de Los Magníficos: muñeco de Mr. T.
Los años ochenta tuvieron una gran dosis de hombres fuertes en el cine y la televisión, tales como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. Otro no menos importante fue Laureance Tureaud, un afroamericano nacido en 1952 en el seno de una numerosa familia en Chicago, Illinois. Al cumplir los 18 años, harto del trato irrespetuoso del que las personas con su color de piel eran objeto en Estados Unidos, Tureaud se cambió su nombre legalmente por el de Mr .T. Así, cada vez que alguien se dirigiera a él inevitablemente tendría que comenzar diciéndole “señor” (“mister” en inglés).
En su vida, Mr. T estudió artes marciales, estuvo en el ejército, trató de jugar fútbol americano a nivel profesional, fue guardia de seguridad e, incluso, fue guardaespaldas de personalidades tan famosas como Muhammad Ali y Michael Jackson. Fue durante su época como guardia de seguridad cuando adquirió parte de su característico “look” con múltiples cadenas de oro (al parecer, eran trofeos de guerra de las más de 200 peleas callejeras en las que había estado). Dicha colección se combinaría con su particular peinado, inspirado en el de los Mandika, una etnia de guerreros africanos, para crear una apariencia que es en sí misma toda una “marca registrada”.
Sin embargo, a Mr. T no solo lo recordamos por su impactante apariencia, sino por su participación en el mundo del cine y de la televisión, en especial en los años ochenta. Primero como el villano de la famosa película Rocky III, en la que interpretó al feroz boxeador James “Clubber” Lang y durante la cual acuñó una frase emblemática de su persona artística (“I pity the fool” o “Me apiado del tonto” en español). En la televisión también dejó huella gracias a su participación en Los Magníficos.
Además de aparecer en múltiples comerciales, también incursionó en la lucha libre estadounidense, apareció en la Casa Blanca disfrazado de Papá Noel y llegó a tener su propia serie animada.
Los años ochenta tuvieron una gran dosis de hombres fuertes en el cine y la televisión, tales como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. Otro no menos importante fue Laureance Tureaud, un afroamericano nacido en 1952 en el seno de una numerosa familia en Chicago, Illinois. Al cumplir los 18 años, harto del trato irrespetuoso del que las personas con su color de piel eran objeto en Estados Unidos, Tureaud se cambió su nombre legalmente por el de Mr .T. Así, cada vez que alguien se dirigiera a él inevitablemente tendría que comenzar diciéndole “señor” (“mister” en inglés).
En su vida, Mr. T estudió artes marciales, estuvo en el ejército, trató de jugar fútbol americano a nivel profesional, fue guardia de seguridad e, incluso, fue guardaespaldas de personalidades tan famosas como Muhammad Ali y Michael Jackson. Fue durante su época como guardia de seguridad cuando adquirió parte de su característico “look” con múltiples cadenas de oro (al parecer, eran trofeos de guerra de las más de 200 peleas callejeras en las que había estado). Dicha colección se combinaría con su particular peinado, inspirado en el de los Mandika, una etnia de guerreros africanos, para crear una apariencia que es en sí misma toda una “marca registrada”.
Sin embargo, a Mr. T no solo lo recordamos por su impactante apariencia, sino por su participación en el mundo del cine y de la televisión, en especial en los años ochenta. Primero como el villano de la famosa película Rocky III, en la que interpretó al feroz boxeador James “Clubber” Lang y durante la cual acuñó una frase emblemática de su persona artística (“I pity the fool” o “Me apiado del tonto” en español). En la televisión también dejó huella gracias a su participación en Los Magníficos.
Además de aparecer en múltiples comerciales, también incursionó en la lucha libre estadounidense, apareció en la Casa Blanca disfrazado de Papá Noel y llegó a tener su propia serie animada.
